Nacido en Navalagamella (Madrid, 1948) donde reside hasta los 7 años, recibe de su maestro en la escuela su primera fuente de inspiración: la contemplación de la naturaleza.
Cuando la familia se traslada a Madrid, participa ya en diferentes concursos de dibujo y pintura recibiendo varios galardones que le llevan, en 1959, a formar parte de la Escuela de Arte y Oficios de la calle La Palma como aprendiz. Allí realiza dibujos al carboncillo sobre papel, evitando los blancos puros. Degradaba hasta la penumbra absoluta y creaba atmósferas tan palpables que, transcurrido un año, sus profesores le recomendaron entrar a trabajar para Pedro Mozos. Con él aprende rápidamente los usos de las sombras y las luces, trabajando casi desde el comienzo con el dibujo por completo y no por secciones como se enseñaba generalmente.
A los 14 años comienza a dar clases de dibujo y es en esta época que se convierte en copista acreditado del Museo del Prado e ingresa a los 18 años en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
Tras décadas de trabajo, y con varios premios en su haber, a los 40 años se queda ciego a causa de una retinosis pigmentaria lo que le lleva a abandonar los pinceles durante diez años. En el 2007 decide volver, con fuerza, y desde entonces su obra evoluciona a lo largo del tiempo aproximándose cada vez más al estilo abstracto que hoy en día domina sus creaciones junto al collage.
Algunas frases de Ataulfo:
“La vida consiste en aprender a mirar”
“Pido que me pongan los colores en la paleta usando como medida cucharas de distintos tamaños, de postre o soperas, y después yo los mezclo”
“Pero la mano sobre el lienzo no me la guía nadie, ahí soy solo yo, salvo cuando tengo que pintar una línea recta. Un ciego no puede pintar eso. Tampoco un rostro o un pliegue. No puedo inventarlo, sería un necio si lo intentara. En mi condición tienes que irte a la abstracción. Por suerte, me formé en la naturaleza, que es el motivo que mejor se adapta a ese estilo”
"El único requisito que mis ayudantes deben cumplir es que de verdad quieran hacerlo, porque dependo de las horas que tengan libres para venir a casa”.